Cómo prevenir el maltrato en adultos mayores
A raíz de la creciente demanda de asistencia domiciliaria de adultos mayores, resulta necesario tomar recaudos a la hora de contratar personal de cuidados. En estos días hemos escuchado y visto casos de ancianos que han sido objeto de violencia y abuso por parte de sus cuidadores. Las familias, por desconocimiento, no detectan los signos de violencia hasta que la misma se hace evidente y muchas veces entran en una "encerrona trágica" donde no saben cómo actuar ni dónde acudir, lo que los lleva a contratar nuevamente a personal no calificado.
No siempre resulta evidente cuando un adulto mayor es objeto de violencia y/o abuso por parte de su cuidador sobre todo en aquellos casos donde hay una patología neurológica o donde está comprometida el habla. Es allí donde hay que prestar especial atención a los indicadores para verbales. Signos de un maltrato pueden ser: llantos inmotivados, resistencia a quedarse con el cuidador, rechazo, miedo y ansiedad ante el acercamiento físico, falta de apetito (una vez descartada una condición clínica), miedo a su ambiente natural y mutismo cuando está presente el agresor. Otro de los signos más evidentes a tener en cuenta es la negación por parte del adulto a expresar sus ideas, opiniones o deseos en presencia del agresor. Los actos negligentes son también formas de abuso y violencia. Estas son: el descuido de la higiene y la alimentación, entre otras.
Este es uno de los motivos que llevaron al surgimiento de las empresas de cuidados domiciliarios introduciendo la figura del "Acompañante de Salud", a diferencia de la del "Cuidador". El Acompañante asiste no sólo en las actividades de la vida diaria, sino también en la rehabilitación social y funcional del adulto. Estas empresas brindan una solución y una seguridad a las familias, sobre todo en aquellos casos en que el adulto mayor vive solo o permanece en esa situación varias horas al día.
Las familias a través de estas empresas encuentran en la persona del acompañante de salud, los cuidados y asistencias requeridas, y también la seguridad de estar en manos de profesionales. Cubriendo así todos los aspectos rehabilitadores del adulto. Estas empresas cuentan con equipos interdisciplinarios donde además de la exhaustiva selección del personal, tienen como elemento diferencial la supervisión periódica de los servicios ofrecidos, mediante auditorias y supervisión en terreno.
Es importante agregar que las personas que se dedican a este trabajo deben ser: responsables, poseer vocación de servicio y tener afecto por los mayores. De esta forma transmiten seguridad, confianza y tranquilidad a los asistidos y su familia.